Ivonne Sánchez Barea resume en su poesía la tradición que se renueva permanentemente. Ella transita todos los espacios a través de una lírica que le es consustancial y ahí pienso que vitalidad y existencia real adquieren al conocerla personalmente una identidad difícil de separar. Y es que muchas veces confundimos poema, poeta y poesía y cada una tiene su razón de ser aunque a veces aparezca contenida en un solo soporte.
El hacedor del texto poético es el emisor del conjunto de imágenes y metáforas que constituyen la realidad textual que es el poema que puede estar en un papel, en un papiro o en una caverna dibujada para la permanencia. Pero la poesía es la esencia y puede estar en cualquier parte, en el mar, en la tierra, en un río, en una forma de caminar, en una mirada o en una sonrisa.
Quien asume en plenitud esta realidad de vida como lo ha hecho Ivonne, merece el reconocimiento de todos.
Mateo Morrison